
#babyLara
Me paso tooooodo el día así …. y lo que más oigo que me dicen es “ la vas a malcriar “ “si la tienes todo el rato encima es normal que no quiera estar con nadie” , “ déjala llorar … no pasa nada “ …..
En ecología, un hábitat es el ambiente o espacio que se encuentra ocupado por una determinada población biológica, la cual, reside, se reproduce y perpetúa su existencia allí porque el mismo le ofrece todas las condiciones necesarias para hacerlo, es decir, se siente cómoda en el porque cumple con todas sus expectativas.
He barajado varías definiciones de hábitat, pero me ha gustado esta especialmente porque en ella además de usarse los conceptos tradicionales de lugar de residencia y desarrollo de la vida de un organismo, habla de comodidad y cumplir con las expectativas.
Teniendo en cuenta esta definición, ¿Cuál sería el hábitat natural del bebé? Cierto es que la especie humana y gracias al desarrollo de la inteligencia y de la cultura se ha adaptado a todo tipo de entornos. Pero en el bebé recién nacido no hay cultura, no hay aprendizaje y el cerebro no está plenamente desarrollado. Un bebé es puro instinto y, como tal, nace con unas expectativas que debe cubrir su hábitat natural.
EL HÁBITAT DEL BEBÉ OCCIDENTAL
Y, entonces, me vuelvo a preguntar ¿Cuál sería el hábitat natural del bebé? No, no voy a responder todavía, sino que voy a analizar los variados lugares donde «colocamos» a los bebés hoy en día, esperando que estén contentos y felices:
- Una cuna.
- Una cuna junto a la cama de sus padres.
- Una cuna en otra habitación.
- Un moisés.
- Una minicuna.
- Un carrito.
- Un cuco.
- Una hamaquita.
- Una trona.
- Una incubadora (que no deja de ser una cuna con mucha tecnología).
Volviendo a nuestra pregunta inicial, ¿Qué necesita el bebé? ¿Cuál es el hábitat adecuado en el que se cumplen todas sus expectativas y en el que tiene todo lo que necesita para sentirse a gusto, seguro y feliz (calor, comida, amor)? Pues, ni más ni menos que el cuerpo de su madre.
LA OPINIÓN DEL DOCTOR NILS BERGMAN
Hace ya varios años que el doctor Nils Bergman, sudafricano especialista en documentar las ventajas del método madre canguro, pronunció por primera vez esta popular frase: «el hábitat natural del bebé es el cuerpo de su madre».
Hoy en día, acostumbrados a las cunas y los carritos y a los típicos consejos de algunas visitas postparto («no lo cojas que se va a malcriar»), cada día es más raro ver a un bebé en brazos de su madre. Pero no debemos perder de vista que esta realidad era así hace apenas tres o cuatro generaciones.
Desde que el ser humano se desarrolló como cazador/recolector hasta principios del siglo XIX, lo normal era que cuando un bebé nacía se mantuviera constantemente en contacto con su madre, en brazos, en un portabebé y durmiendo en la cama familiar por las noches. La evolución necesita cientos de generaciones para que los organismos se adapten a pequeños cambios en el medio ambiente, pero en tan solo tres generaciones en el mundo industrializado hemos pasado de «la teta al biberón» y del hábitat natural del bebé (el cuerpo de su madre) a un hábitat extraño (una cuna).
- Cógeme.
- Aliméntame.
- Ámame».
Bergman es el autor de la frase más llamativa, aunque no lo es menos la argumentacion que propone Donald Winnicott, pediatra, psiquiatra y psicoanalista inglés,que afirma que “un bebé no puede existir solo, sino que esencialmente es parte de un vínculo”.
“El bebé existe siempre con alguien más; una mamá que lo corporaliza, lo construye, lo invita amorosamente a vivir, la que cumple la “función materna”, que debe ser lo suficientemente buena para garantizar su salud física y psíquica”.
CADA MAMA LO HACE LO MEJOR QUE SABE …. RESPETEMOSLA
Bergman es el autor de la frase más llamativa, aunque no lo es menos la argumentacion que propone Donald Winnicott, pediatra, psiquiatra y psicoanalista inglés,que afirma que “un bebé no puede existir solo, sino que esencialmente es parte de un vínculo”.
CADA MAMA LO HACE LO MEJOR QUE SABE …. RESPETEMOSLA
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