Buenos día ¡!
Esta semana os quiero hablar de gastar el tiempo… bufff quien me conoce sabe que siempre voy mal de tiempo, mi amiga Bea, el otro día me dijo “tía…. Si es que es imposible coincidir contigo” y yo… yaaa perdón, llamo a Madrid, porque una amiga se casa y me dice “jolín, a ver si la próxima vez que vaya a Mallorca tienes tiempo y nos vemos un rato” y así…. Unas cuantas veces hasta que dije a ver Tiana para, para la Cabeza (este comentario es de mi amiga Carolina jajajajaja) así que en este preciso momento estoy parando y reflexionando con vosotros en voz alta.
Cuantas veces gastamos el tiempo, es decir gastamos la vida en personas que nos da igual, o en cosas que no son importantes, en hacer cosas que realmente no nos llenan, en satisfacer a personas que no aportan nada ni verdaderamente nos importan… Así que…tengo que organizar el tiempo, estoy llenando el tiempo de múltiples y veloces placeres, plenamente substituibles.
¿Con qué y quién gastamos el tiempo? , es decir ¿cómo gastamos nuestra vida?
Supeditados a agendas y protocolos sociales, guiados por distintos horarios, caemos sin darnos cuenta en la rutina de un día a día que nos enajena y absorbe los pocos momentos de reencuentro que podemos tener con nosotros mismos, con la gente que queremos. Cuantas veces estamos en casa cotilleando las redes sociales, en vez de tener una buena conversación con nuestra pareja, o cuantas veces estamos tomando un café con una amiga y estamos hablando por el watsapp con otra gente, ¿Cuántas?
Si sumamos nuestro estrenaste ritmo de vida y la actual crisis de valores que estamos viviendo, detectamos que se están perdiendo las conexiones con nuestro “yo” más íntimo. Quizá, ha llegado el momento de pensar porque haces esto o aquello, quizá ha llegado el momento de despertar, de darle verdadero significado a nuestra vida, de jugar a ganar y no, a no perder, de encontrarse realmente con uno mismo. Tú decides.
Valórate, y da valor a quien realmente quieres, y a las cosas que realmente valoras.
No triunfes en lo que no quieras hacer, no vendas tu vida, permítete escucharte, préstate tiempo, amplia tu visión de la vida, revisa cuáles son tus criterios de éxito, establece tu plan de vida e identifica tus valores y compártelo con quien valga la pena.
No seas tacaño con tu vida